Cuando los actores del cine clásico solamente acceden a la primer plana informativa con motivo de su fallecimiento o de la publicación de alguna biografía más o menos sensacionalista, unos días atrás hemos conocido que la legendaria Jean Simmons acaba de cumplir 80 añitos.
De origen británico y con una vocación surgida en la infancia por la interpretación, pudimos verla siendo niña en la dickensiana Cadenas rotas, dirigida por David Lean. De su primera etapa en el cine inglés, destacaron sus papeles en títulos como el Hamlet de Lawrence Olivier, Narciso negro de Michael Powell y Pressburger o Adán y ella, donde conociera al que se convertiría en primer esposa, el actor Stewart Granger.
No tardaría en dar el salto a Hollywood para labrarse una larga y notable carrera, siendo capaz de aunar el glamour propio de las estrellas con la solvencia y el alto nivel interpretativo de las mejores actrices de carácter, alternando clásicos del film noir como Angel Face (inolvidable papel de femme fatale perturbada, con flequillo a lo Bettie Page), de Otto Preminger, con films de géneros (aventuras, bíblico, peplum,…) tan recordados por todos cinéfilo como Desirée, La túnica sagrada, La reina virgen, Demetrius y los gladiadores, Sinuhé el egipcio,… Incluso podimos disfrutar de su carisma en una musical clásico y colorista como Ellos y ellas, de J.L.Mankiewicz o macrowesterns como Horizontes de grandeza, junto a Gregory Peck y Charlton Heston.
Tras lograr uno de sus papeles más matizados y recordados, encarnando a la magnética y enamorada esposa Varinia, en el Espartaco de Kubrick (memorable su intensidad serena en escenas como la de su seducción por Kirk Douglas-Espartaco o el emotivo descubrimiento de su esposo crucificado, al final del film), y divorciarse de su primer esposo, se casaría con el escritor y director Richard Brooks, bajo cuyas órdenes interpretaría dos grandes papeles en sus films El fuego y la palabra, según la gran novela de Sinclair Lewis Elmer Gantry y Con los ojos cerrados, crepuscular y lúcido melodrama basado en los problemas de su relación matrimonial.
Con la decadencia de los estudios, su estrella, como la de tantos otros en Hollywood, empieza a declinar, dedicándose ocasionalmente a la televisión e interpretando pequeños papeles en películas que no la merecían y no recurda nadie. Lo que sí recordamos todos es el fulgor de su mirada, su serena belleza y su sutileza interpretativa, todo lo que la convirtió en una de las más mágicas e inolvidables presencias del cine clásico.
Un maravilloso video-resumen fotográfico de la actriz
Jean simmons nunca trabajó en «Demetrio y los gladiadores», favor de checar.
Una de las actrices mas encantadoras del siglo 20!
Siempre será recordada por Desiree, Final Feliz, Guys and Dolls, Spartacus, Hamlet y tantas otras….
Siempre reflejó esa calma y ternura que contrastaba con muchas bombas sensuales de esa época dorada del cine, sin duda alguna, otra autentica leyenda se nos va pero para quedarse por siempre….
Sr. Trejo, ¡Usted si que sabe! Vaya comentario sustancioso le ha dedicado a una de las mas grandes y discretas actrices del cine mundial.
Es una de las mujeres más encantadoras del cine, gran profesional, hermosa y talentosa con mi señora la amamos y esté donde esté un gran beso y gracias por todo su talento que nos dió.